domingo, 28 de noviembre de 2010

Salvados por el consumismo...

La Navidad antes era un tiempo para pasar tranquilo, entre amigos y familiares, jugar con la nieve y comer uvas un minuto antes del primer día de nuevo año; o por lo menos así es como siempre la hemos imaginado. Ahora es consumismo, consumismo y ¡oh! ¿pero qué es esto?...¡AH SÍ, CONSUMISMO, joder!
Nos plantan luces de navidad, árboles y caras de papás noel a mediados de noviembre y montan una increíble parafernalia sólo porque se van a encender las luces de navidad en la ciudad, qué digo, ¡En el Centro Comercial! por dios, ¿en qué país vivimos? Pues te voy a responder, que hoy estoy calentita: Vivimos en un país que se supone que "is different" pero de different ¡¡¡mis cojones!!!, nos dejamos engañar como chinos y además, cuanto más nos mienten, más nos gusta. Estoy segura de que un día nos dicen que en el Parlamento no hacen ni el huevo y nos lo creemos (uy, ¡creo que eso es verdad!).
El viernes en un centro comercial que no debe ser nombrado, si ibas disfrazado de Papá Noel te daban 30 € para gastarlos allí con una compra inferior a nosécuantoseuros. Bien, al fin y al cabo todo son estrategias publicitarias que lo único que pretenden es regalarnos un simple caramelo cuando compramos una casa y nos metemos en una hipoteca de veinte años. El caso es que nos ponen ese simple caramelo como si fuera la cosa más maravillosa del mundo, y a los consumidores se nos mete en la cabeza tener ese caramelo y hasta que no lo tenemos en nuestro poder, no paramos; aunque seamos víctimas de un atraco a mano armada.
Todo esto lo estoy exagerando pero me jode que seamos tan tontos y nos creamos todas las mindundeces de la publicidad, ¡joder! Antes la gente no era tan boba...o al menos, lo disimulaba bastante bien...

miércoles, 24 de noviembre de 2010

La historia de Carl Lee Hailey

-¡PROTESTO!- dijo Buckley.
-Se admite la protesta- respondió Noose.
Jake ignoró la interrupción. Habló durante algún tiempo de la violación y explicó que era mucho peor que el asesinato. En los asesinatos la víctima ha desaparecido y no tiene que enfrentarse a lo sucedido. Los parientes deben hacerlo, pero no la víctima. Pero la violación es mucho peor. La víctima dispone de toda una vida para digerirla, intentar comprenderla, formularse preguntas y, lo peor del caso, saber que el violador sigue vivo y que algún día puede fugarse o ser puesto en libertad. Todas las horas de todos los días la víctima piensa en la violación y se formula un sinfín de preguntas. La revive paso a paso, minuto a minuto, y duele siempre como la primera vez.
Tal vez el peor de todos los crímenes sea la monstruosa vilación de una menor. Cuando le ocurre a una mujer adulta, esta puede entender el porqué de lo sucedido. Un animal lleno de odio, ira y violencia. Pero ¿una niña? ¿Una niña de diez años? Pónganse en el lugar de los padres. Intenten explicarle por qué no podrá tener hijos.
-Protesto.
-Se admite la protesta. Les ruego que hagan caso omiso a las últimas palabras, damas y caballeros.
Jake no se perdía ninguna oportunidad. Supongamos, decía, que su hija de diez años ha sido violada y que usted es un veterano de Vietnam, muy familiarizado con el M-16, y que logra agenciarse uno de dichos fusiles cuando su hija yace en un hospital entre la vida y la muerte. Supongamos que el violador es capturado y que, al cabo de seis días, logra acercarse a un par de metros de él cuando sale del juzgado. Y tiene consigo su M-16. ¿Qué hará? El señor Buckley nos ha dicho que lloraría por su hija, ofrecería l aotra mejilla y depositaría sus esperanzas en el sistema judicial. Esperaría que se hiciera justicia para con el violador, que se le mandaría a Parchman y, a ser posible, que permaneciera allí el resto de su vida. Eso sería lo que haría el señor Buckley y merecía su admiración por ser tan amable, compasivo y misericordioso. Pero, ¿qué haría cualquier padre razonable?
¿Qué haría Jake si tuviera un M-16? ¡Volarle los sesos a ese cabrón!
Era sencillo. Era justo.
"Cuando la niña estaba en el bosque, apaleada, sangrienta, con las piernas abiertas y atadas a unos árboles, miró a su alrededor. Semiconsciente y alucinando, vio a alguien que corría hacia ella. Era su padre, que corría desesperadamente para salvarla. En sus sueños lo vio cuando más le necesitaba. Lo llamó entre lágrimas y él desapareció. Se lo arrebataron. Ahora lo necesita tanto como entonces. Por favor, no se lo arrebaten. La niña espera en el primer banco el regreso de su papá.. Permitan que regrese a su casa para reunirse con su familia."